Maneras de manifestar amor y respeto a los niños
* No hagan caso omiso de los sentimientos de su hijo. Respondan con amor.
* No den órdenes a su
hijo ni le exijan que les preste atención sin darle explicación alguna.
Diríjanse a él con respeto y amor cuando tengan que pedirle un favor. Procuren
ser sensibles y manifestar un espíritu
amable.
* Miren a su hijo a los ojos,
agachándose para estar a su nivel cuando le hablen; por ejemplo, cuando le digan
algo o le den instrucciones.
* Tómense un poco
más de tiempo para detenerse y concentrarse de verdad en él. Den importancia a
las ideas de su hijo. No las rebatan de buenas a primeras. Si expone una idea
poco razonable, aunque el niño no entienda todos los detalles, procuren explicar
todo lo que puedan.
* No se burlen del niño
cuando se equivoque o cuando haga algo un poco tonto. Eso puede lastimarlo
profundamente. Esto no significa que no deban enseñar a su hijo a aprender a
tomarse las cosas con buen humor cuando algo les salga mal, pero oren por
discernimiento, pues a veces tal vez lo único que necesita el niño es un poco de
comprensión.
* Cuando su hijo necesite
corrección, corríjanlo en privado para evitarle pasar vergüenza, según pida el
caso.
* Encuentren la forma de establecer
vínculos personales con cada niño.
*
Demuéstrenles que los valoran con la manera en que los tratan. Préstenles la
misma atención que quieren que les presten ellos a
ustedes.
* Cuando su hijo se les acerque para
decirles algo, hagan una pausa y escúchenlo. Denle toda su atención y
respóndanle. No escuchen a medias mientras piensan en otra cosa y siguen con sus
actividades.
* Deténganse a saludar a su hijo.
Tema por demás difícil, solo que dejemos que actúe nuestro corazón, instinto y buena voluntad para con nuestros hijos. Debemos comprender que ellos están apenas aprendiendo a vivir; pór lo cual también para ellos tambipén es muy difícil adaptarse a la vida }
ResponderEliminarNadie dice que no les llamemos la atención cuando consideremos que no están haciendo las cosas como nosotras consideremos que se deban hacer, siempree pensando en su bienestar. Solo que al llamarles la atención procuremos que sea en privado para no llenarlos de pena y así de esta manera no se sientan mal, si insistimos en ello, tal vez nuestros hijos reaccionen desfavorablemente y hasta lleguen a perder la verguenza. Si los amamos sin querer echarlos a perder lo mejor es tratarlos con verdadero amor hasta para llamarles la atención.
En el entendido que todas queremos lo mejor para ellos tratempos de actuar en consecuencia.