La Lucha de Zafiro

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Soy una mujer en plenitud madre de 3 hijas adultas, 2 nietecitas y un nietecito; tranquila, gozando de todo lo que la vida me da, que todavía es mucho.....

sábado, 31 de enero de 2015

""" Cuando YO.... me vaya ... """.

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Cuando yo me vaya,no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma.



Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.





Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.





Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.





Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.





Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.





Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.





No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.





Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.





La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.





Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.





Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.





Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.









Autor      : CARLOS ALBERTO BOAGLIO

miércoles, 28 de enero de 2015

""" 7 frases budistas que cambiarán tu vida """





Muchas personas preferimos referirnos al budismo más como una filosofía de vida que como una religión. El budismo es una de las religiones más antiguas que aún se practica por unos 200 millones de personas en todo el mundo.

¿Cuál es el secreto de esta filosofía?


Lo que ha facilitado que esta filosofía o religión perdure a lo largo del tiempo y continúe ganando seguidores es la sencillez en como trasmiten mensajes llenos de sabiduría que permiten mejorar realmente nuestra calidad de vida.

Para su entendimiento e integración de significado no tenemos por qué hacernos seguidores de esta religión. Tan solo es necesario abrir nuestro corazón y llevar a cabo una apertura mental con ilusión.

Hoy os presento las mejores 10 frases budistas que te cambiarán la vida:

-El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Teniendo en cuenta que a las personas solo nos puede dañar aquello a lo que le damos importancia, evitar el sufrimiento inútil puede consistir simplemente en dar un paso atrás, desligarse emocionalmente y ver las cosas con otra perspectiva. Lleva práctica y tiempo, pero merece la pena llevar a cabo este gran aprendizaje. Como guía para ello, otra frase budista nos da una pista de como comenzar: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”.

-Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora. Solemos pensar solamente en el pasado o estar excesivamente preocupados por el futuro. Esto nos lleva a no vivir el momento y que nuestras vidas pasen de largo sin ser conscientes. El budismo nos enseña el aquí y ahora. Por tanto, debemos aprender a estar plenamente presentes, a disfrutar de cada momento como si fuera el único.

-Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno. Para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén en un equilibrio. No centrarnos demasiado en el aspecto físico o, por el contrario, en el aspecto interior nos ayudará a sentirnos más plenos y conscientes del aquí y ahora, facilitándonos una plenitud emocional más rica.

-Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo. Para encontrar nuestra paz interior, tenemos que ser conscientes de nuestros potenciales personales y aprender a saber dosificarlos, así como nuestros recursos. De esta forma viviremos un auténtico crecimiento y evolución.

-No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo. Se trata de una de las máximas del budismo que nos permite eliminar casi todas las leyes y mandamientos morales actuales en nuestra sociedad. Teniendo parecido significado con la frase no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti , esta quinta reflexión va mucho más allá ya que consiste en un profundo conocimiento de nosotros mismos y una gran empatía para/con los demás.

-No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita. Nuestro deseo de tener más, tanto en el plano material como el emocional, es la principal fuente de todas nuestras preocupaciones y desesperanzas. Su máxima se basa en aprender a vivir con poco y aceptar todo aquello que nos brinda la vida en su momento. Ello nos llevará a una vida más equilibrada, reduciendo el estrés y muchísimas tensiones internas.
El hecho de desear más cosas a menudo solo indica falta de seguridad, que nos sentimos solos y necesitamos llenar esos vacíos. Sentirnos a gusto con nosotros mismos permite dejar atrás la necesidad de no tener que demostrar nada.

-Para entender todo, es necesario olvidar lo  todo. De pequeños estamos en continuo aprendizaje. Nuestro mapa mental aún no está diseñado lo cual nos hace abiertos a “todo” y a la capacidad de entender cualquier cosa. No sabemos juzgar. Pero a medida que crecemos nuestra mente se llena de condicionamientos y normas sociales que nos indican cómo debemos ser nosotros mismos, como deben ser las cosas, cómo debemos comportarnos e incluso qué debemos pensar interiormente. Nos volvemos inconscientes con nosotros mismos y nos perdemos.

Para cambiar y ver las cosas desde una perspectiva más sana para nosotros, tenemos que aprender a desligarnos de las creencias, hábitos e ideas que no provienen de nuestro corazón. Para ello, esta frase budista nos servirá para comenzar el proceso: “En el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas quienes crean esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad”.



""" El caleidoscopio """















Existía un hombre que a causa de una guerra en la que había peleado de

joven, había perdido la vista.



Este personaje para poder subsistir y continuar con su vida, desarrolló una
gran habilidad y destreza con sus manos, lo que le permitió destacarse como
un estupendo artesano; sin embargo, su trabajo no le permitía más que
asegurarse el mínimo sustento.


En cierta ocasión y para el cumpleaños de su hijo de cinco años, quiso
obsequiarle algo, pues el niño nunca había conocido más juguetes que los
trastos del taller de su padre con los que fantaseaba reinos y aventuras.


Su papá tuvo entonces la idea de fabricarle, con sus propias manos un
hermoso caleidoscopio como alguno que él había tenido en su niñez.


Por las noches fue recolectando piedras de diversos tipos que trituraba en
decenas de partes, pedazos de espejos, vidrios, metales, etc. …


El día del cumpleaños del niño, pudo finalmente imaginar a partir de la voz del pequeño, la sonrisa de su hijo al recibir el precioso regalo.


El niño no cabía en sí por la dicha y la emoción que aquel increíble día, le había traído aquel presente de las manos de su padre ciego.


Durante los días y las noches siguientes el niño fue a todo sitio portando
el preciado obsequio, y con él regresó a sus clases en la escuela del
pueblo.


En el receso entre clase y clase, el niño exhibió y compartió lleno de
orgullo su juguete con sus compañeros que se mostraban fascinados con
aquella maravilla.



Uno de aquellos pequeños, tal vez el mayor del grupo, finalmente se acercó
al hijo del artesano y le preguntó con mucha intriga:




-”Oye, que maravilloso caleidoscopio te han regalado…  ¿dónde te lo 
compraron?, no he visto jamás nada igual en el pueblo…”




Y el niño, orgulloso de poder revelar aquella verdad emocionante desde su
pequeño corazón, le contestó:



- “No, no me lo compraron en ningún sitio…me lo hizo mi papá”




A esto el otro pequeño replicó con cierto tono incrédulo:



-”¿Tu padre?…imposible!…  ¡si tu padre es ciego!”



Nuestro pequeño amigo se quedó mirando a su compañero, y al  cabo de unos segundos, sonrió como solo un portador de verdades absolutas puede
hacerlo, y le contestó:




-”Sí…  mi papá esta ciego…  pero solamente de los ojos…”






************




¿Logramos ver con los ojos del alma? ¿Sabían ustedes que cuando uno dice: “cerra los ojos” la expresión es incorrecta?
Los ojos no pueden cerrarse, podemos cerrar los párpados, los ojos siguen viendo.
La ceguera que experimentamos a diario respecto al mundo, puede darse incluso, con los ojos bien abiertos.
¿Cuánto captamos realmente de lo  que creemos ver? ¿Y cuanto de eso es llevado  realmente al corazón donde la visión de la unidad puede ser completa





""" El amor de tu vida """
















Amarse a uno mismo es, ante todo, aceptación incondicional y completa de todos nuestros aspectos.










Tenemos que empezar amando a nuestro cuerpo tal cual es, sin forzarlo a ajustarse a un modelo que nos han impuesto. Amarlo, cuidarlo y respetarlo por dentro y por fuera, incondicionalmente.





Lo siguiente es aceptar y saber expresar adecuadamente todas nuestras emociones, pues cada una de ellas cumple una función positiva, si sabemos cuál es y cómo hacerlo. De lo contrario, nos deprimimos, sentimos ansiedad o caemos enfermos. Por eso la expresión adecuada de lo que sentimos es fundamental para llevar una vida sana y plena de vitalidad.





También hay que aprender a usar nuestra mente, para que podamos utilizarla a nuestro favor, y no en nuestra contra. La mente es una herramienta magnífica, si sabemos cómo sacarle provecho.





Y también es importante conocernos y amarnos a nivel del alma, para crecer espiritualmente y tener vidas realmente significativas.




¿Por qué sufrimos por amor?






Porque buscamos y esperamos que los demás nos den el Amor que en realidad ya llevamos dentro. Esto crea relaciones de dependencia y apego, que inevitablemente nos conducen al sufrimiento. Pero si uno se ama a sí mismo, podrá compartir Amor, y en ese compartir hay libertad, respeto, y un profundo crecimiento. Entonces si tenemos con quien compartirlo, lo disfrutamos y lo agradecemos. Pero si no hay nadie, seguimos de todos modos felices con nosotros mismos, pues ya sabemos que el Amor no depende de nadie más, sino que es nuestra condición natural, es nuestro estado de ser.




¿Qué diferencia hay entre amarse a uno mismo y ser egoísta?






La persona egoísta no se ama, no se acepta, en realidad se odia y se castiga. 






Por eso sólo puede tomar de los demás, pues no tiene Amor para dar. No ama a los demás, pero tampoco se ama a sí misma. Pero si uno se ama a sí mismo, dar, ayudar, compartir es algo habitual, algo que fluye sin esfuerzo. Uno tiene reservas ilimitadas de Amor, pues está en contacto con la fuente, que yace dentro de uno mismo.











Google



































viernes, 23 de enero de 2015

""" EN LO EMOCIONAL: AFONÍA o EXTINCIÓN DE VOZ. """














ste problema se presenta después de un choque afectivo que sacude la sensibilidad de la persona, quien luego se fuerza demasiado para hablar, aun cuando no exprese todo lo que su corazón desearía decir. Este excesivo esfuerzo crea angustia y deja un vacío. FiEnalmente, los sonidos acaban por extinguirse.
 Más que creer que debes apagarte y dejar de hablar, sería sensato que revisaras lo que tu corazón quiere decir realmente y permitirte no hablar más que para decir palabras verdaderas, expresadas con amor. No es necesario que te fuerces a hablar para verte bien o para ser aceptado y querido.


La voz es la expresión de sí, la creatividad. Una emoción demasiado grande (desamparo, inquietud) puede llevarme a ya no saber qué decir  ni cuál dirección tomar, ni cómo interpretar esta dirección con relación a la emoción vivida. Puede que esta fuerte emoción haya sido vivida en el plano sexual y se repercute más directamente en la garganta o en las cuerdas vocales porque, en cierto modo, mi segundo centro de energía (sexual) está vinculado más directamente a la garganta, mi quinto centro de energía. De todos modos, mi sensibilidad (hiper-emotividad) está herida y ya no consigo decir ¡nada! 


Tengo el aliento cortado! Si disperso demasiado mis energías, en particular después de un golpe emocional, un “vacío” interior se creará debido a mi desasosiego interior y los sonidos estarán “engullidos” por este vacío. Por lo tanto es muy importante para mí que vuelva a conectar con el soplo de mi comunicación interior. Aún es posible que esta experiencia me proteja porque estoy en un estado en que ya no debo hablar, ya no puedo decir secretos. ¿Uso de un modo sano mi voz y mis cuerdas vocales? ¿He de quedarme silencioso durante algún tiempo? A veces se dice: la palabra es de plata y el silencio es de oro... Aprendo a expresar mis emociones, mi creatividad y mis ideas del modo en que mejor me siento, en el respeto de mis capacidades.







Fuente: Diccionario de las Enfermedades Emocionales.

jueves, 22 de enero de 2015

""" 10 Palabras que cambiarán tu Vida """










A veces nos proponemos hacer dieta, ir al gimnasio, acabar una carrera… Todos estos propósitos vienen dados por iniciar un nuevo año, una nueva etapa de nuestra vida o por cualquier otro motivo. Estos deseos cambian nuestra vida, la modifican y hacen que progresemos. Pero no hay que olvidarnos de nuestra mente. Un cambio que nos proporcione mayor bienestar empieza porcambiar, añadir o aumentar el uso de ciertas palabras.

En el blog estadounidense “The . Nosotros hemos reducido este número y os proponemos, a vosotros lectores, que os animéis a añadir aquellas palabras que consideráis que deberían estar aquí.
¡Allá vamos!

1. Por favor
Ser educado es beneficioso y nos proporciona bienestar. Además, favorece una mayor conexión social y facilidad para lograr tus objetivos. Decir “por favor” nos abre puertas y nos dota de amabilidad.

2. Gracias
Esta palabra tiene un poder reconfortante tanto para la persona que la dice como para la que la recibe. Las gracias se dan para agradecer el gentil gesto de alguien: una persona que te sujeta la puerta, que te deja pasar, cuando te dan un regalo… ¿El resultado? Una sonrisa por ambas partes y una sensación muy positiva.

3. ¿En qué puedo ayudar? ¿Puedes ayudarme?
Resulta positivo poder ofrecerle a alguien nuestra ayuda y que sea bien recibida. La generosidad ayuda a aumentar la autosatisfacción. También es beneficioso pedir ayuda, algo que no solemos hacer por miedo a parecer débiles.

4. No
Es una palabra difícil pero necesaria. Todos debemos aprender a decir “no” cuando no queremos o podemos hacer algo. Decir “no” puede evitarnos estrés o ansiedad. Por ejemplo, cuando tenemos varias cosas que hacer debemos priorizar y, seguramente, algunas no se acaben realizando.

5. Lo siento, perdón
Reconocer que hemos errado es bueno siempre que sea una disculpa sincera. Sentimos aquello que no hemos hecho bien y esperamos ser perdonados. No debemos abusar de estas palabras en exceso por una serie de errores a los que no les ponemos solución porque si no no tendrá el efecto deseado.

6. Estoy agradecido por…
Expresar gratitud nos hará más sanos y felices. Puedes incluso escribir o pensar al final de cada día las cosas por las que estás agradecido. Esto te hará más consciente del mundo a tu alrededor y desarrollarás una actitud positiva. Un pequeño ejemplo de mostrarse agradecido sería el siguiente:
-Cuando te levantes – Gracias por un nuevo día de vida.
-Cuando te bañes – Gracias por tener agua caliente, corriente y productos de aseo personal.
-Cuando comas – Gracias por los alimentos, por el hecho de proveer trabajo a toda una cadena de suministro que hace posible comer.


7. ¡Vamos!
Atrévete a hacer todo aquello que te apetezca: viajar, hacer algún deporte… ¡lo que sea! Lo importante es que lo hagas pues tendemos a dejar las cosas para otro momento. Como dice el dicho “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.

8. Bueno…
Es obvio que no todo va a salir como planeamos. Por ejemplo, una cita con los amigos que de repente se ve truncada por algún motivo. Debemos aprender a ver el lado bueno para ser así másfelices. Muchas personas se molestan cuando ven sus planes truncados. Aprende a relajarte ante esto. ¡No pasa nada porque las cosas no salgan como hemos previsto!

9. Tengo muchas cosas que hacer
Deja las excusas a un lado. Muchas veces, cuando decimos esto, nos damos cuenta de que no aprovechamos el tiempo que, al parecer, requerimos. No pongas excusas y ¡disfruta! No pasa nada por, entre tanto agobio y trabajo, darnos un respiro. De hecho, nos ayudará a relajarnos, a disfrutar más de la vida.

10. Respira
Lo más básico pero también lo más importante. Ante las preocupaciones, el estrés, la ansiedad… Para y respira. Relájate por un momento. No se va a acabar el mundo porque te tomes un momento sino todo lo contrario. Te sentirás mejor.


¿Usas estas palabras? ¿Las utilizas diariamente? Si no es así es el momento de ponerlas en práctica. Lograremos ser más felices, disfrutar de la vida, relajarnos ante el estrés… Pequeñas cosas como dar las gracias o un “por favor” pueden mejorar un mal día. Mirar todo el trabajo que tenemos y salir a tomar algo con los amigos nos ayudará a reponer fuerzas, despejarnos y rendir mejor cuando regresemos a nuestra labor.



Internet

miércoles, 21 de enero de 2015

""" Comunicarse es abrir el alma. """











Con frecuencia, hablamos y hablamos pero no nos comunicamos.
Hablamos y las palabras son trampas con las que nos ocultamos.
Palabras devaluadas, como moneda gastada, sin valor, que corre de mano en mano.
Es el lenguaje de lo comercial, lo político, y hasta lo afectivo: palabras, palabras, palabras, sin alma, sin verdad.
Palabras para atrapar, para seducir, para engañar, para dominar.
Por eso, palabras tan graves como “lo juro”,
“prometo”, “te amo”, “cuenta conmigo”, encierran con frecuencia la mentira, la traición, el abandono, la soledad.
La tecnología moderna ha hecho más importante el medio que el mensaje.
Ni los celulares, ni el fax, ni el correo electrónico nos han ayudado a comunicarnos mejor.
Necesitamos comunicarnos cuando estamos lejos, pero somos incapaces de comunicarnos cuando estamos juntos.
No es lo mismo hablar que decir.
Algunos hablan mucho, pero no dicen nada: mera cháchara hueca, trivial.
Otros, con muy pocas palabras o incluso sin palabras, expresan grandes sentimientos e ideas.
Las personas hablan y hablan, pero raramente se comunican sus miedos, angustias, ilusiones...
Viven extraños en la misma casa, en la misma cama, repitiendo rituales vacíos, escuchando en silencio al televisor, el personaje más importante de la familia.

 
Si queremos comprender y comunicarnos con nuestros pacientes, los Magos debemos aprender a escucharlos.
Escuchar sus silencios, los dolores de sus almas, los gritos de sus inseguridades y miedos.
Escuchar lo que se expresa y lo que no se expresa, lo que dicen y lo que callan, los intangibles pedagógicos, lo que traen de la casa, la calle, la familia.
Escuchar lo que piensan, sin decirlo, de él como maestro o profesor, de la materia, de la escuela.
Saber escuchar, para saber decir, para superar las trampas de la apariencia de la comunicación.
La palabra construye realidad.
Una palabra o una frase, un gesto, pueden influir sobre-manera en el crecimiento o en el estancamiento de los procesos de desarrollo que vive el educando.
Educar es enseñar a escuchar el silencio para ser capaces de oír el griterío de las flores, las ásperas voces de las piedras, el rumor de las cascadas y torrentes que nos cuentan los misterios y maravillas del universo con sus labios de agua.
Escuchar el silencio como lugar para la reflexión y el pensamiento y como antídoto contra tanta palabrería y tanta información banal.
La voz del silencio se hace educativamente necesaria en un mundo tan lleno de ruidos, para así avanzar hacia un diálogo cada vez más rico y humanizador.
Escuchar el silencio como lugar fecundo y germinador de palabras verdaderas.



Internet



lunes, 19 de enero de 2015

""" Decir la verdad, sí… pero de manera amable ""







No siempre es fácil decir las cosas, aunque sepamos que debemos hacerlo. Ser honesto puede ser una tarea complicada, sobre todo si lo que tienes que decir es delicado. Irónicamente, la honestidad es vital en las relaciones humanas, pero decir las cosas sin cuidado puede echar por tierra una buena relación. Y es que no podemos confundir honestidad con decir todo tal cual nos viene.

Hay dos tipos de situaciones en las que un amigo o una persona querida va a necesitar tu opinión sincera: cuando te lo pide y cuando tienes que intervenir y decirle algo por su propio bien . En la primera situación, tu amigo está pidiendo simplemente tus pensamientos. La segunda situación es mucho más complicada. Vamos a ver qué hacer en cada caso, cómo decir las cosas honestamente pero también amablemente y, sobre todo, con tacto.


Decir la verdad amablemente



Cuando tengas que decir algo, te vendrá bien saber cómo puedes hacerlo sin sacrificar sinceridad ni amabilidad.



#1 – Piensa antes de hablar

Antes de decir nada, es necesario que sepas qué quieres decir. Da igual que sea la respuesta a una pregunta directa o algo que surge de ti mismo. Muchas veces, cuando pensamos lo que vamos a decir y lo escuchamos en nuestra cabeza nos damos cuenta de lo grosero, directo o insensible que suena.


#2 – Busca un momento de tranquilidad

Decir las cosas durante un momento de tensión es la mejor manera de generar un conflicto o de agravar el que esté en marcha. Tanto si te preguntan como si eres tú el que comentas, debes hacerlo cuando los dos estéis tranquilos. Por lo tanto, busca un buen momento o, si es algo más urgente, intenta apaciguar el ambiente antes de seguir adelante.


#3 – Dí lo que tengas que decir suavemente, pero sin dar rodeos

Dar rodeos puede poner al otro nervioso y dar lugar a malos entendidos. Pero esto no quiere decir que seas directo. Acuérdate de los consejos anteriores, especialmente del punto uno. No se trata de poner una inyección, ni de despistar para que al clavar la aguja el otro no se entere.


#4 – No juzgues

No juzgues al otro por lo que hace o lo que piensa. Respecta su punto de vista y tenlo en cuenta para que no se sienta ofendido cuando le tengas que decir la verdad sobre algo.


Receta para ser honesto y amable a la vez



Decidir lo que tienes que decir y cómo hacerlo no siempre es fácil. A continuación tienes una sencilla receta que da muy buenos resultados.

Para decir las cosas honestamente y con amabilidad necesitas mezclar bien los siguientes ingredientes:

- Atenerte a los hechos

- Evitar sacar conclusiones

- Evitar apelar a los propios sentimientos

- Mostrar aprecio por la otra persona.

Tal vez tengas que practicar un poco, pero con la práctica los resultados son espectaculares.