Hay que tenerlo claro: es importante aprender a decir que no, de lo contrario perderíamos el control de nuestra vida y nos llenaríamos de rabia por no hacer lo que en realidad queremos. Quizás alguien pueda pensar que decir que no es de mala persona y que así estamos siendo desagradables. Pero es necesario, por momentos, saber establecer límites y no ceder ante manipulaciones y chantajes emocionales varios.
El tema en cuestión, es decir la ASERTIVIDAD, se refiere a la capacidad de tener seguridad en sí mismo para poder decir que no cada vez que sea necesario.
No se trata de ser un egoísta que ignore las necesidades de los demás, sino de encontrar un equilibrio entre dos extremos igual de malos: el decir siempre que sí y el decir siempre que no.
Los derechos de los demás son tan importantes como los nuestros propios y por eso hay que intentar ser asertivos y determinar en qué momentos debemos negarnos y en qué momentos hay que decir que sí y aceptar el requerimiento de otros.
Se trata de saber defender nuestros derechos, sin la intención de lastimar o perjudicar a nadie.
¿Cómo conseguir una mayor asertividad en nuestras acciones?
La base de todo es sentir que aportamos un valor a la sociedad y que debemos ser respetados.
Además, tenemos que tener claros nuestros fundamentos, nuestra escala de valores, para saber qué cosas deseamos hacer y qué otras no.
Debemos olvidar el miedo y la sensación de culpabilidad al negarnos en una situación determinada. El miedo hay que superarlo de la única manera posible, afrontando la situación que nos asusta. En cuanto a la culpa, es más un tema social que hemos aprendido, pero si tenemos claro nuestros fundamentos, podremos decir que no con una base clara del porqué, y esto nos incrementará la seguridad que necesitamos.
En el momento que valoramos reposadamente nuestras razones, no actuamos en forma precipitada y tomamos una decisión, ya no queda lugar para la culpa, pues hemos actuado en base a nuestras convicciones.
¿Cómo son las personas poco asertivas?
Son individuos que se alejan de cualquier tipo de controversia y necesitan agradar, hasta tal punto que lo hacen a costa de sus propios deseos y necesidades. Creen que para ser aceptados por los demás, no pueden negarse a nada y al final acaban siendo manipulados para hacer cosas que no quieren y que van en contra de sus principios. Su motivación es el miedo al rechazo y la falta de afirmación en sus propias ideas.
Es sumamente importante aclarar que este es un perfil muy diferente al de aquella persona que decide, en forma consciente y voluntaria, dedicar su vida a ayudar al prójimo, en ocasiones resignando sus propias necesidades. En ese caso se trata de una elección libre y personal y como resultado, la persona siente una profunda satisfacción y felicidad.
Muy por el contrario, en los casos que estamos tratando, las personas poco asertivas sacrifican su propio bienestar, pero basado en miedos, inseguridades, etc., lo cual en definitiva no genera otra cosa que una gran insatisfacción personal.
*** Las personas poco asertivas sacrifican su propio bienestar, pero basado en miedos, inseguridades, etc., lo cual en definitiva no genera otra cosa que una gran insatisfacción personal. ***
ResponderEliminar