“La vida no es fácil para ninguno de nosotros. ¿Pero qué hay con eso? Tenemos que tener perseverancia y, sobre todo, confianza en nosotros mismos.”
Marie Curie, científica francesa
En ocasiones muy esporádicas encontramos leyendo frases con las que nos identificamos y nos sorprendemos al darnos cuenta lo que sentimos transformado en palabras sabias y a la vez sencillas de personas tan inteligentes.
Puedo dar gracias a Dios como desde niña de la vida que me tocó. Con algunas adversidades como en cada una de los pobladores de este mundo; que sentimos a veces que no vamos a poder con nuestra carga, pero que si volteamos vemos que detrás nuestro siempre existen casos mucho más despiadados.
Motivo por el cual nunca debemos permanecer en el suelo después de una caída; sino al contrario en cada caída tener la fuerza interior de levantarnos siempre.
Fui criada en la primera etapa de mi vida por mi señora abuela, a quien quise tanto y tantos recuerdos me dejó en cuanto a mi comportamiento, solo que para ella casi todo era pecado, mi madre se encargó de regresarme al mundo real, cosa que agradezco. Pero muchas reglas nunca las he olvidado .... como dicen las traigo impregnadas hasta el tuétano
¿ Que si he tenido errores ? desde luego y muchos; pero nunca más allá de lo que pueda arrepentirme. Así pasó mi juventud.
Me casé y lo más hermoso que siempre he tenido en mi mente y corazón es el nacimientos de mis tres hijitas, pedazos de mi corazón a los cuales me entregué en cuerpo y alma, lo que he gozado más en mi vida.
Las crie con la mayoría de los preceptos que conservé, más los que su papá decía.... para mí han sido las mejores hijitas del mundo.
Tuvimos también muchos problemas. Sé que a ellas les perjudicó el vernos a su padre y a mi discutir por casi todo, más no quedaba de otra.
A los ojos de cada niña o niño la mayoría de las situaciones quedan grabadas para siempre, nunca lo olvido.
No me victimizo, pero es que no fue nada fácil. Así crecieron hasta ser unas mujeres de las que estoy
orgullosa y agradecida con la vida.
Cada quien hizo una carrera profesional y poco a poco hicieron su vida, nunca olvidándose de su familia.
Mi hija la de en medio es la que se llevó la peor tajada de esta breve historia ya que lleva varios años apoyándonos a su pare y a mi
Sobretodo a mi,
ya que nos divorciamos y ella se hizo cargo de mi persona.
Es una hija que no merezco, ha sido amorosa, respetuosa, complaciente, una muy buena profesional, confiable y responsable; me da gusto siempre hasta en los detalles más impensables, siempre llena de amor, además de todo lo referente a doctores, medicinas, operaciones, siempre oportuna y amorosa.
Mi hija la pequeña está casada con un hombre que la ama y respeta, sus hijitos son sanos, amados y respetados por ellos
Mi hija la mayor también se casó y tiene a su hija también muy trabajadora y responsable. Ella ( mi hija ) es la más despegada, tiene sus motivos muy personales que comprendo más de lo que ella piensa.
A las tres hijitas y a sus respectivos hijitos los encomiendo a Dios siempre y los amo.
Actualmente soy una mujer de 80 años muy agradecida con la vida ya que me ha permitido ser tan feliz, estoy tranquila y trato de estar en paz conmigo misma. Trato de ser mi mejor amiga y así lo siento. Me mantengo ocupada lo más que puedo, siempre dando gracias a Dios por todo lo que me ha pasado en la vida tanto lo malo, como lo bueno.
Después de treinta y nueve años de casada, el papá de mis hijas me pidió el divorcio e inmediatamente tramité el divorcio y mi hija la de en medio me llevó con ella, me compró una casita desde hace catorce años y aquí vivo sin ningún problema de ninguna especie. Actualmente nos vemos para almorzar o comer o ir al cine y tán tán, cada quién para su casa.
La vida da tantas vueltas que es increíble. De esta manera mis hijas en cualquier reunión necesaria siempre están con padre y madre, en esos momentos importantes.
En síntesis, esa es mi vida y así está bien. A esta edad vine a conocer la libertad que nunca tuve.
Martha Gabriela de la Vega de Ávila.
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