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- (Allahabad, 1917-Nueva Delhi, 1984)
Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.
Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos
El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga.
Es un verdadero privilegio haber sobrellevado una vida
difícil.
El mundo exige resultados. No le cuentes a otros tus dolores del
parto. Muéstrales al niño
La desconfianza es una señal de debilidad.
Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con
los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.
Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero
y aquellos que quieren hacerlo todo sólo con dinero.
Un día mi abuelo me dijo que hay dos tipos de personas: las que trabajan, y las que buscan el mérito. Me dijo que tratara de estar en el primer
grupo: hay menos competencia ahí.
Cuando la cuenta regresiva definitiva ya había empezado a correr para ella, Indira Gandhi no pasaba revista a ninguno de los actos de su agitada vida política. Contabilizaba apenas los rituales de una agenda sin mayores compromisos y pensaba el comienzo de un discurso que debía pronunciar en pocas horas.
ResponderEliminarEran exactamente las 9.32 en Nueva Delhi cuando la primera ministra (rostro día a día más hundido, figura breve, sari hasta los pies) dio los primeros pasos por la corta vereda que une su habitación con su oficina en pleno centro de la capital. Por un momento presintió que algo extraño ocurría, y al levantar la cabeza advirtió que algo inusual rompía la monotonía de la mañana. Luego fue el ojo negro de las armas buscando los suyos, el gesto instintivo de protección con los brazos cubriendo la cabeza, y la descarga definitiva.
Conducida con 8 balazos mortales al Hospital de Nueva Delhi, la mujer más famosa de la India —junto a Golda Meir una de las dos más importantes figuras femeninas de este siglo— murió poco después.