Amado padre, aunque ya no esté usted a mi lado, guardo inmensos recuerdos hermosos de mi niñez y adolescencia , fue lo mejor que me ha pasado, el sentir su calor y cariño, en situaciones tan inexplicables. Me permitieron conocerlo y aquilatar la clase de persona de la que sigo muy orgullosa. Aunque ya estoy grande, en momentos pienso en usted y quisiera estuviera conmigo.Recuerdo varios cuentos que nos platicaba como el Dragón Chiflado y otros. Padre, mientras tenga memoria lo llevaré en mi mente y en mi corazón.
La flaquita
Toda mi niñez, adolescencia y juventud amé a mi señor padre como a nadie, vino la madurez y lo amo pero más tranquilamente. Mis recuerdos son hermosos por siempre.
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