Cuando sembramos una semilla, nuestra labor no termina ahí, pues para que cosechemos el fruto, el
proceso es largo, hace falta que la reguemos con regularidad, aflojemos la tierra, cuidemos que no le
dé demasiado el sol; pero sobre todo, debemos transmitirle cariño y pasión, como recomiendan los mejores recolectores de frutas y verduras. Porque estos son los ingredientes que debemos emplear si queremos obtener los mejores resultados, cuando emprendemos cualquier actividad en nuestra vida diaria; llámese trabajo, estudio, trato con las personas, con nuestra familia, etc.
Con esta metáfora podemos entender que, igual que cultivar una planta , requiere un proceso largo y cuidadoso, del mismo modo para cultivar una amistad u obtener éxito en lo que emprendemos, se requiere
ese trabajo, ese cariño y esa pasión.Asimismo debemos aplicarlo en nuestra vida en algo tan importante
como es : la amistad. Igual que las semillas que sembramos, el cultivo de la amistad, no comienza cuando conocemos a las personas, sino en el momento que decidimos compenetrarnos con ellas, pues depende de ello su crecimiento.
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