La Fábula de la gallina de los huevos de oro con moraleja, fábulas cortas
infantiles de Esopo. Un día un granjero caminaba por el bosque, cuando de
pronto encontró a una gallina perdida al lado del camino, la cual llevó a su
casa para mostrárselo a su esposa. Luego de unos días el granjero y su esposa
se dieron con la sorpresa que la gallina había puesto un huevo de oro. Ambos se
frotaron los ojos, sin creer lo que veían.
- Es cierto, es cierto!
- dijeron ambos muy contentos.
- Tenemos una gallina que
pone huevos de oro ¡Imagínate lo ricos que seríamos si pone un huevo todos los
días! Debemos cuidar y alimentar muy bien a la
gallina!
Al día siguiente, sucedió lo mismo, la gallina puso de
nuevo un huevo de oro y el granjero y su esposa lo pusieron de inmediato en una
cesta para llevarlos a la ciudad y venderlos por un alto precio.
Sin
embargo, la avaricia se apoderó de los dos y les hizo creer que dentro del
estómago de la gallina habría mucho oro para hacerse muy rico rápidamente.
- ¿Por qué esperar cada día, para que la gallina ponga un huevo de
oro? - dijo el granjero.
- Mejor la mato y
descubriremos la mina de oro que lleva dentro”.
Y así lo hizo,
pero se sorprendió al ver que en el interior de la gallina no encontró ninguna
mina de oro.
- ¿Por qué habremos sido tan avariciosos? Ahora nunca
llegaremos a ser ricos - Finalizó diciendo el granjero con mucha
tristeza a su esposa.
A causa de la avaricia, de querer ser más ricos de
una sola vez abriendo a la gallina, perdieron los huevos de oro que día a día la
gallina ponía.
Moraleja de la fábula de la gallina de los huevos
de oro:
Nunca debemos dejarnos llevar por la codicia y la
ambición, destruyendo tontamente lo que la fortuna nos brindó. La avaricia solamente lleva a que uno en sus afán de conseguir grandezas ó dinero, logre
poner en peligro no sólo nuestro trabajo sino también nuestra
libertad.
Esopo
Aunque esta fábula va dirigida a los niños, me parece muy bien....aunque estoy convencida que a los adultos nos va muy bien practicarla más a menudo.....cuando de niños no la aprendimos. Es un gran ejemplo de lo que significa la codicia o avaricia.
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