“La felicidad no está en tener lo que se desea si no en disfrutar de lo que se tiene”
El día a día que vivimos, las prisas, las obligaciones y responsabilidades hacen que nos metamos en una vorágine sin dejar apenas tiempo para disfrutar y apreciar los detalles y las pequeñas cosas que nos pasan.
Los seres humanos tenemos una enorme facilidad para complicarnos la vida, hacer difícil lo sencillo y
complicar nuestras relaciones con otros.
SI NO HAY SOLUCIÓN, PARA QUÉ TE VAS A PREOCUPAR?
Es verdad que en muchas ocasiones la vida no es fácil y esto forma parte también del aprendizaje y del camino de crecimiento personal que cada uno de nosotros debe de hacer. Muchas veces, nos encontramos ante situaciones difíciles ante las que no podemos hacer nada y sin embargo nos esforzamos en darles vuelta y vuelta, en lugar de aceptar que las cosas son como son. Hay un proverbio chino que dice: ”Si tienes un problema y no tiene solución, ¿para qué te preocupas?; y si tiene solución, ¿para qué te preocupas?” Si aplicásemos más veces esta regla entonces con toda seguridad viviríamos más tranquilos y haríamos las cosas más sencillas.
También existen una gran cantidad de cosas de las que podemos prescindir y que podemos simplificar. Lo simple puede abarcar todas las facetas de nuestra vida: las cosas materiales, las relaciones con otros y también con nosotros mismos.
Donde es más fácil para todos simplificar es en el plano material y el modo de hacerlo es conocernos un poco más a nosotros mismos y tener nuestra propia escala de valores clara. Esto nos va a permitir saber de qué cosas podemos prescindir porque son superfluas o realmente nos las necesitamos y en contraposición cuáles son las verdaderamente importantes para nosotros.
Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas que nos brinda la vida es uno de los mayores regalos que nos podemos hacer a nosotros mismos, prácticamente cada día, ya que eso nos permite vivir cada momento como si fuese único y con conciencia plena. A veces llevados por la rapidez de nuestras vidas nos olvidamos de disfrutar de un día en que ha salido el sol, o de lo bonito que es cuando todos los árboles empiezan a florecer al principio de la primavera. Pasamos por la vida normalmente sin darnos cuenta de todos estos pequeños placeres que contribuyen a nuestro bienestar y a nuestra felicidad. Disfrutar de las pequeñas cosas significa disfrutar de cuestiones sencillas, como pasar una tarde con nuestros hijos o con un buen amigo, de alejarnos de lo material y disfrutar con las cosas más hermosas que nos brinda la vida en el día a día.
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Las pequeñas grandes cosas de la vida en ocasiones nos rodean cotidianamente y no nos damos cuenta hasta que llega el momento en que podemos perder las tan absurda mente como podrá ser nuestro arrepentimiento. No esperemos por ello y gocemos de todo por insignificante que nos parezca....es ahí donde reside lo más importante de nuestras vidas.
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