Esa tendencia en el mundo espiritual a dejar de lado a todo un mundo que sufre “porque les toca”, ese cerrarse en la vanagloria divina de niveles dimensionales que sitúan por encima de los demás, rechazar al prójimo que sufre porque así lo “firmó” o “creó” desistiendo de nuestra capacidad de crear un mundo nuevo y mejor para tod@s, para en su lugar limitarse al propio y aledaños afines…
Esa postura es a mi modo de ver, incoherente con el que siempre he creído que era el fondo de la cuestión: Evolucionar desde el interior de cada un@ hacia una conciencia despierta, desplegar las alas de la convivencia para unirnos tod@s en un mismo corazón y dar una vuelta más a la espiral evolutiva de la humanidad…
Es posible cultivarse y crecer, evolucionar y mejorar, abrirse a todo un infinito universo, compartiendo las penas y alegrías de Ser Humano…
Somos apenas microscópicas motas de polvo en el cosmos, más somos parte de él.
Somos ese universo que nos guía y esconder la cabeza bajo un halo de luz no nos librará de nuestro papel y responsabilidad de Ser y Estar en este momento crucial de la humanidad…
Manuel M. Conde
Por más que nos propongamos hacernos los que no nos damos cuenta, todos estamos conscientes que existen infinidad de personas que sufren. Así que este artículo nos conscientiza aún más y nos recuerda que todos en el planeta tenemos innumerables obligaciones con nuestros congéneres que no han tenido las mismas oportunidades como nosotros. Sé que casi a nadie nos gusta ver o saber de cosas que empañen nuestro presente, pero ahí está....esperemos humanizarnos todos y en la medida de nuestras posibilidades ayudar sin ningún reparo por un mundo mejor como lo hacen ya infinidad de personas desde su trinchera cada uno.
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