Un señor viaja desde un pueblo muy lejano para consultar a un rabino muy famoso. Llega a su casa y advierte, sorprendido, que los únicos muebles que dispone el sabio son un colchón en el suelo, dos bancos, una silla y una vela. El resto de la habitación está vacía.
El hombre consulta al rabino y este le contesta con verdadera sabiduría. Pero intrigado por la simplicidad del mobiliario, al final añade:
- ¿Le puedo hacer una consulta más?
- Si, desde luego.
- ¿Donde están sus muebles?
- ¿Dónde están los suyos?
- ¿Como que dónde están los míos? Yo estoy de paso – dice el hombre sin acabar de comprender.
- Yo también – le contesta el rabino
ANTHONY DE MELLO
Que sabias respuestas que no comprendemos siuno con el pasar de los años. Exactas. Mi visita ha durado mucho tiempo en este caminar. pero nunca oilvido que voy de paso.
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