No importa cuán poco dinero y posesiones tengas. Tener un perro te hace rico.
Louis Sabin.
En una asoleada mañana, dos alondras subían volando a lo alto.
La alondra padre hablaba con su polluelo, haciéndole ver lo maravilloso que es tener alas y poder volar hasta las alturas.
Pero el pequeño, en su inexperiencia, escuchaba sólo a medias, pues su atención se fijaba en el tintinear de una campanita, que llegaba a sus oídos desde la tierra.
El pajarito, curioso, bajó al campo de donde provenía el sonido que tanto le atraía, y vió a un hombrecillo que guiaba un carro mientras gritaba:
“¡Vendo lombrices! ¡Dos lombrices por una pluma!”
A la pequeña alondra le encantaban las lombrices; ya al nombrarlas se le hacía agua el pico.
Y sin pensar más se decidió: arrancó una pluma de sus alas y la cambió por dos lombrices.
Cuando se las hubo comido volvió junto a su padre, muy satisfecha.
Al día siguiente la alondra esperó ansiosamente el sonido de la campanita, y al oirla bajó a realizar nuevamente su extraño negocio, dando otra pluma a cambio de dos lombrices.
Esto lo repitió día tras día.
Una vez ofreció al hombrecillo cinco plumas por diez lombrices.
El vendedor aceptó entusiasmado y, desde entonces, por espacio de varios días más, continuó el intercambio.
Al cabo la alondra batió sus alas inútilmente: ¡ya no podía volar!
¡Estaba atada a la tierra y condenada a arrastrarse en lugar de volar!
¡Había cambiado sus alas, su libertad, por un puñado de lombrices!
Luther Burbank.
( Botánico)
( Botánico)
*** La alondra padre hablaba con su polluelo, haciéndole ver lo maravilloso que es tener alas y poder volar hasta las alturas. ***
ResponderEliminarAsí como la pequeña alondra, la mayoría de las ocasiones no hacemos caso de la voz de la experiencia y tenemos que sacrificar lo más iumportantre para nosotros en pos de ir adquiriendo experiencia, a veces pagando un precio muy alto por nuestras debilidades.
( Esta es una más de las Experiencias de Vida que pueden ayudarnos a recapacitar, mientras tengamos tiempo )