Ahora temprano me levanté como siempre, sonó el teléfono y al contestar escuché la vocecita de mi
amada hija Marthita, nos saludamos amorosamente y me dió la hermosa noticia de que viene a
verme la próxima semana.
Nome gustan esos viajes relámpago, me dan mucha preocupación, pues
trabaja toda la semana y sé está muy cansada, pero me ha hecho muy feliz el sólo pensar volver a
verla.
Padre Celestial, ruego porque venga con bien y protégela en el camino, Dios te doy las
gracias una vez más por permitirme el placer de verla, sentirla, escucharla y estar con ella un
poquito más.
Martha De la Vega
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