No juzgues el dolor por tu alegría.
No interpretes al enfermo desde tu salud.
No mires la pobreza desde tu opulencia.
No te enfrentes al viejo desde tu juventud.
No calibres la amistad desde el halago.
No penetres en el amor desde los sentidos.
No te acerques a Dios desde la razón.
No busques cicatrizar desde el rencor.
No aprendas a rezar desde la desesperación.
No concibas intimidad sin secreto.
No persigas sueños sin altura.
No pronuncies oración sin humildad.
No te hagas un pedestal desde el barro.
No te crees una personalidad desde la superficie.
No te confundas con tu talento.
No te olvides de quién eres, de quién lo has recibido todo...
¡y de quien dependes!
Zenaida Bacardí de A.
ResponderEliminar*** No te olvides de quién eres, de quién lo has recibido todo...
¡y de quien dependes! ***