La primera impresión que causamos rara vez se olvida y puede perdurar por mucho tiempo. Sin embargo, hay personas que pretendiendo ser “auténticas” y diferentes, van en contra de todos los cánones sociales vistiéndose y comportándose como les da su gana, sin importarles lo que la gente piense de ellas. No lo critico, pero somos seres sociables y como tales, de nosotros depende si somos o no aceptados.
La primera impresión es crucial, porque puede ser que no haya oportunidad para dar una segunda impresión y que sea positiva. Ese impacto que cada uno manifestamos esta formado por dos grandes factores: el exterior y el interior, que tarde o temprano, se proyecta al exterior. Y cuando hablo de interior, me refiero a tus pensamientos, tu vibra, tu capacidad de escucha, la autoestima que demuestras, tus temas de conversación.
En fin, a la actitud que demuestras en lo simple y en lo complejo. ¿Sabías que estudios recientes de psicólogos con gran renombre mundial, afirman que el 33% de nuestra autoestima está directamente relacionada con nuestra imagen corporal?
Esto quiere decir que la forma en la que te valoras, está ligada a como crees que te ves. Nuestro exterior es la primera carta de presentación. Es el que abre puertas y corazones.
Recuerdo un juego que realizamos en familia la Navidad pasada. El jueguito consistía en llevar un regalo chusco. Cualquier artículo original que no representara un alto costo; algo que pudieras guardar en la alacena o en el closet. Durante el juego se juntan todos los regalos y dependiendo de los puntos que obtengas tirando los dados, tienes el derecho de escoger el regalo que más te agrade. Nadie hacia caso a los regalos que estaban envueltos en papel corriente y sin moño.
Todos deseábamos mucho uno en especial: una caja mediana envuelta con un fino papel plateado y un moño rojo anudado en forma perfecta; una envoltura digna de concurso. Fue el regalo más codiciado. Al final salí ganador y ¿cuál fue mi sorpresa al abrirlo? Que era un rollo de papel sanitario, todo magullado y de feo aspecto. ¡Me fui con la finta! Me impactó la envoltura. Así somos los seres humanos.
De primer impacto, el exterior es lo que vende.
Posteriormente conocemos el interior.
Debemos tener en cuenta que la gente siempre nos observa y por el solo hecho de estar en una sociedad, es fundamental recordar que como nos ven, nos tratan.
La Universidad de Georgetown, Washington, realizó un estudio basado en la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que vemos en los demás en un abrir y cerrar de ojos? Los resultados son impresionantes. Lo que un hombre ve primero en una mujer es: 43% Cuerpo 31% Cara 26% Cómo viste Lo que una mujer ve primero en un hombre es: 30% Cómo viste 24% Ojos 24% Cuerpo 21% Cara (especialmente su sonrisa). Lo que una mujer ve primero en otra mujer: 43% Cómo viste 29% Cabello 28% Cara (especialmente el cuidado de su piel) Esto me hizo reflexionar sobre la importancia de la “envoltura”. Si el afán es agradar al sexo opuesto, te recomiendo que analices bien esta investigación y hagas los cambios que consideres convenientes. Cuando hablo de la envoltura, hay dos factores que hacen la gran diferencia: 1. Lenguaje corporal. El movimiento de tus manos, tu sonrisa, la postura que mantienes. Por más atractiva que sea una persona, si no cuida su postura, perderá puntos de aceptación importantes en el impacto que tendrá en los demás. 2. Vestuario. Tipo y color de vestimenta. De la moda lo que te acomoda, -dice el refrán-. Me sorprende ver a esas mujeres desinhibidas, con muchos kilos de más y con ¡aquellas lonjas de fuera! Con los pantalones a la cadera y las camisetas cortas. Ese tipo de vestimenta se ve muy bien, sí, y está de moda, ¡pero en personas delgadas, con buena figura! Analiza los colores que más utilizas en el vestuario y verifica qué transmites con cada color. Puede ocurrir que estés utilizando colores equivocados. Hay muchas investigaciones sobre el tema. Por ejemplo: si tu interés está en transmitir lealtad, sabiduría y espiritualidad, nada mejor que el color relacionado con el mar y el cielo: el azul. Si lo que quieres es transmitir fuerza, energía y vitalidad y además llamar la atención, el color indicado es el rojo, relacionado también con el amor y la pasión. Es un color enérgico; por algo es el color utilizado en los semáforos para marcar el alto. El símbolo de la paz y alegría es el amarillo. Es el color recomendado en el vestuario de personas activas, alegres, optimistas y desinhibidas. Ideal para levantar el ánimo. El negro es el color de la formalidad y de la fortaleza. El gris, por ser un color neutro, es ideal para reuniones de trabajo y cuando se quiere tomar un rol de mediador. El verde relaja y tranquiliza. Quienes lo utilizan suelen tener alta autoestima. Son personas analíticas y lógicas. Lo utilizan también los necios y quienes se resisten al cambio. Por último el blanco, ideal para transmitir paz, salud y vida. Es importante analizar la psicología del color y utilizar los que más vayan con tu personalidad y lo que quieres transmitir. Sin duda, la imagen y personalidad de cada quien está fundamentada en los detalles, y espero que la información que acabo de compartir, te ayude a abrir puertas y a incrementar la aceptación de quienes te rodean, pues indudablemente, como te ven, te tratan.
¡Animo! Hasta la próxima
Por Dr César Lozano.
Para mí es completamente injusto. Eso se debe a que vivimos en una sociedad vacía de valores, que nos dejamos avasallar por la envoltura, perdiendo completamente todo...nos dejamos llevar por lo inútil. Lo que en realidad vale de una persona son sus principios, humanidad, corazón educación etc., puede ir vestida modestamente, lo que hay que evaluar es lo que se lleva dentro.
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