Hubo un momento en que la miró con insistencia y le preguntó:
- Mamá, ¿qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte de
encontrar?
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La madre pensó unos momentos, se inclinó y recogió arena con sus dos manos.
Con las dos palmas abiertas hacia arriba, apretó una de ellas con fuerza.
La arena se escapó entre los dedos.
Y cuanto más apretaba el puño, más arena se escapaba.
En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se quedó intacta la arena que
había recogido.
El chico observó maravillado el ejemplo de la madre entendiendo que,
sólo con abertura y libertad, se puede mantener una amistad,
y que el hecho de intentar retenerla
o encerrarla,
significaba perder la.
*** El chico observó maravillado el ejemplo de la madre entendiendo que,
ResponderEliminarsólo con abertura y libertad, se puede mantener una amistad,
y que el hecho de intentar retenerla o encerrarla,
significaba perder la.***