Gracias a Dios ahora ha sido un miércoles de lo más agradable por el convivio semanal con mi hija la pequeña y mi nietecita. Pasamos unas horas de lo mejor llenándonos de amor mutuo, comprensión, conversación amena y una emoción desmedida por ver el desarrollo tan hermoso de mi nietecita que como siempre digo me recuerda tanto a mi hija cuando era chiquita, se parecen mucho. Me llena de orgullo ver todo el amor, empeño, educación, dedicación y entrega de mi hija, ya que mi nietecita es una nena maravillosa (amor de cuervo) a lo mejor, lo admito, pero no dejo de reconocer la labor de una pareja (o sea mi yerno y mi hija) para seguir luchando por un futuro halagador para su familia
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