Practico desde hace años el estar sola no en soledad y ha sido una de las mejores experiencias. No por despreciar a nadie, sino porque así se han dado las cosas; hasta que me enamoré de ello.
Soy digna, capaz, respetable, y respeto a todos y me respetan.
Ha cambiado mi vida completamente vivo en paz, me conozco más y no me apeno de como soy, limo mi camino donde siento que había más asperezas para no tropezar sobre lo mismo, sin ser ninguna experta sencillamente voy trazando nuevas sendas sin dejar huellas de dolor en nadie.
Nada podría haber logrado sin el apoyo de mi hija Marthita quien me ha apoyado en todo.
Mis otras dos hijas también están presentes de otra forma, pero están, gracias a Dios.
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Estoy convencida de amar a mis hijas sobre de todas las cosas, no quiero preocuparlas y por ello les hago saber lo bien que me encuentro al vivir sola, tengo mi libertad a mi modo...pude recuperarla y eso fue el precio que he pagado para permanecer así. Gozo mi espacio, mi vida, mis momentos, mis cosas. Sé en algún momento será la hora de partir y no pretendo creer me llevaré todo, ya que he entendido que para el último de mis viajes debo ir lo más ligera posible para emprender el vuelo; así que vida nada me debes.... estamos en paz.
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