La Lucha de Zafiro

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Soy una mujer en plenitud madre de 3 hijas adultas, 2 nietecitas y un nietecito; tranquila, gozando de todo lo que la vida me da, que todavía es mucho.....

sábado, 28 de febrero de 2015

""" ¿Sabes identificar a los ladrones de energía? """




Estamos casi seguros de que también tú, dispones de ese amigo/a que siempre anda preocupado por mil cosas. Te hablan de su vida en todo detalle, de sus ansiedades, miedos y deseos… pero jamás recuerda mirarte a la cara para saber cómo estás. Una conversación con él de media hora parece todo un día de arduos dilemas existenciales.
Es muy habitual encontrarse personas con estos rasgos de personalidad. Pero lo peor sin duda puede ser vivir con alguien que, día a día, te va arrancando la energía sin que te des cuenta. Dejándote en un segundo plano, limando poco a poco tu fortaleza e incluso tu personalidad. Ya no estamos hablando solo de personalidades tóxicas, sino de patrones de conducta que tienen la peculiar facultad de “robarnos la energía”.



RECONOCER A LOS LADRONES DE ENERGÍA



Es muy posible que en tu círculo personal tengas identificadas de algún modo a este tipo de personas. Pero siempre vale la pena conocer en qué tipo de categoría suelen entrar para saber así cómo defendernos de ellas en la medida que podamos.

1. La víctima: personas que nos hablan diariamente de sus tragedias. De sus problemas y preocupaciones. Son personalidades que tienen la gran habilidad de ver solo el lado oscuro de las cosas, y que a la vez, disfrutan mostrándose como víctima de cara a los demás. Amigas, amigos o incluso familiares a los que siempre les ocurre algo, que siempre les va mal en el trabajo y en lo personal –según ellos/as mismos/as-. Aunque vistos desde un plano objetivo, su vida no es muy diferente de la de cualquiera, con las mismas dificultades que podemos tener todos.
Y eso sí, suelen ser personas que casi nunca preguntan o se interesan por saber cómo estamos.

2. El  intimidador: puede que alguna vez te hayas tenido que ver con este tipo de personas. Y la experiencia, sin duda, no fue nada agradable. Usan la ironía o el sarcasmo para herirnos. Usan una violencia implícita donde es habitual el desprecio, o incluso el autoritarismo.  No solo nos arrebatan la energía, sino que nos humillan… A diferencia de las personas “victimistas”, el daño que nos pueden infligir los intimidadores es mucho más palpable y destructor.

3. El conflictivo: ¿Puedes reconocerlo? Sin duda. Son perfiles que siempre están a la defensiva, buscan siempre responsables a sus problemas y justificaciones a situaciones que él mismo suele provocar. Su simple presencia puede ocasionarnos problemas a nosotros mismos, ya que es habitual que siempre acaben provocando situaciones tensas y conflictivas donde no solo él sale afectado. No solo nos quitan la energía, sino que pueden involucrarnos en serias complicaciones.

4. El adulador: personas que siempre buscan alagar nos, que realzan nuestros dones y virtudes hasta la exasperación. Aparentan cercanía, cariño y complicidad… pero en realidad, hay que tener cuidado, ya que tras estos comportamientos solo se esconde la falsedad y el interés propio.Hay que ir con cuidado con este falso encanto, porque no es real, porque tarde o temprano… acabarán haciéndonos daño.

5. El inseguro: ¿Un vacío existencial en sus vidas? ¿Te hablan de proyectos que nunca inician? ¿De las cosas que van a hacer o que son capaces de hacer, pero que nunca cumplen? Todo es pura apariencia, porque en su interior, son personas tremenda mente inseguras.  Lo complicado de todo esto es que incluso pueden culpabilizar a los demás de no poder cumplir sus proyectos, es un modo de auto protección, de no reconocer su incapacidad y su falta de decisión. Día y noche nos hablan de sus problemas, envolviéndonos en su sin vivir acusándonos incluso en alguna ocasión a nosotros mismos, por “no apoyarles” lo suficiente. ¿Te suenan?

6. El interrogador: ¿Cómo quedaste en tu cita de ayer? ¿Pero cómo que no te atreviste a decirle nada? ¿Cómo piensas vivir ahora sabiendo que no aprovechaste la oportunidad? ¿Te das cuenta de lo poco decidido/a que eres?… esta, y muchas otras preguntas, son las que suelen utilizar las personalidades no solo interrogadoras, sino también dominadoras. Son especialistas en buscar errores ajenos sin reconocer los propios, hábiles escudriñadores de nuestra vida sin ofrecernos ni respeto, ni espacio propio para poder respirar.



Estamos seguros de que has identificado ahora a muchas de esas personas, que diariamente, te van quitando la energía. ¿Qué tal si nos vamos alejando poco a poco de ellas? 


""" Las marcas del abuso emocional """








Los signos de un abuso emocional a veces son difíciles de detectar. A diferencia del abuso físico, el abuso emocional se hace y se recibe a menudo sin que las personas del entorno de la víctima se den cuenta.

Lo peor de todo, es que la víctima tampoco se da cuenta ya que la profundidad del abuso suele incrementarse de manera paulatina, haciendo que la víctima justifique por aproximación maltratos que nunca habría aceptado de haber empezado de manera radical. (Leer: La historia de la rana confiada)

El abuso emocional puede ser más perjudicial que el abuso físico, ya que puede socavar lo que pensamos sobre nosotros mismos. Puede paralizar todo lo que estamos destinados a ser: lo permitimos, y lo convertimos en algo falso para definirnos erróneamente. El abuso emocional puede ocurrir entre padres e hijos, marido y mujer, entre familiares, entre compañeros de trabajo y jefes, y entre amigos.

El abusador suele proyectar sus palabras, actitudes o acciones sobre la víctima o víctimas que ha elegido. Es una de sus estrategias preferidas para evadir cualquier conflicto cognitivo que pueda poner en entredicho su falsa autoestima y además es una forma de atacar la de la propia víctima, haciéndola dependiente y creando en ella un sentimiento de desamparo.

Entonces, ¿Cómo identificar si somos víctimas de un abuso emocional?

Contestar a las preguntas que te proponemos, puede hacer que encuentres una respuesta:

La humillación, la degradación, la negación. Juzgar, criticar:

¿Hay alguien que se burla de ti o te pone delante de los demás?

¿Se burla/n de ti, utiliza el sarcasmo como una forma de ponerte abajo o degradarte?

¿El/ellos te dicen que tu opinión o sentimientos son “malos” o no tienen importancia?

¿Alguien te ridiculiza regularmente, te rechaza, no tiene en cuenta tus opiniones, pensamientos, sugerencias y sentimientos?

Dominación, control, y la vergüenza:

¿Crees que esa persona te trata como a un niño?

¿Constantemente te corrigen o castigan porque tu comportamiento es “inapropiado?”

¿Sientes que debes “pedir permiso” antes de ir a un lugar o de hacer algo, e incluso tomar pequeñas decisiones?

¿Te controla/n tus gastos?

¿Te trata/n como si fueras inferior a él/ella/ellos?

¿Te hace/n sentir como si ellos siempre tuvieran la razón?

¿Te recuerda/n tus defectos?

¿Menosprecia/n tus logros, tus aspiraciones, tus planes o incluso quién eres?

¿Da/n desaprobación desdeñosa y/o despreciativa de tus miradas, comentarios, y 
comportamiento?

Acusar y culpar, demandas o expectativas triviales y poco razonables, niega sus propios defectos:

¿Se te acusa de algo artificial cuando se sabe que no es verdad?

¿Es/Son incapaces de reírse de sí mismos?

¿Es/Son extremadamente sensibles cuando se trata de otras personas que se burlan de ellos o hacen cualquier tipo de comentario que parece demostrar una falta de respeto?

¿Se disculpa/n de sus problemas?

¿Hace/n excusas por su comportamiento o tienden a culpar a otros o a las circunstancias por sus errores?

¿Cómo te llaman, por tu nombre o con apodo o mote?

¿Te culpan de su/s problemas o infelicidad?

¿Continuamente tienes faltas de respeto?

Distanciamiento emocional y el “tratamiento del silencio”, aislamiento, abandono o negligencia emocional:

¿Utiliza/n retirada o retención de la atención o afecto?

¿No quiere/n cumplir con las necesidades básicas o utiliza la negligencia o abandono como castigo?

¿Juega/n a proyectar la culpa sobre ti en lugar de asumir la responsabilidad de sus acciones y actitudes?

¿No se da/n cuenta o importa cómo te sientes?

¿No muestra/n empatía o hace/n preguntas para obtener información?

La  co dependencia y enredo:

¿Alguien te trata/n no como una persona separada, sino como una extensión de sí mismos?

¿No protege/n sus límites personales y comparte información que no has aprobado?

¿Crees que la falta de respeto a tus peticiones y hacer lo que ellos piensan que es mejor para ti?

¿Requiere/n contacto continuo y no han desarrollado una red de apoyo saludable entre sus propios compañeros?

Si has respondido sí a alguna de estas preguntas, valora la posibilidad de enfrentarte de manera activa a la persona que te hiere. Habla de lo que te sucede con las personas de tu confianza, tu mal tratador  cuenta con que seguirás callado.


Quítate la máscara de persona amable y comprensiva frente a los demás. Finalmente y lo más importante, déjate ayudar y asesorar por profesionales y deshazte del intruso ya mismo, nadie debe pisotear tu vida.

miércoles, 25 de febrero de 2015

""" Mira el Cielo """












""" El poder de la humildad """





Sería curioso empezar este artículo ahondando un poco en el significado de la palabra “humildad”. La etimología nos dice que procede de “humus”, es decir, aquello que se desprende de la naturaleza y a que a su vez la fertiliza y la hace crecer. Sería pues “lo esencial”.
¿Qué es para ti esencial en tu vida? ¿Tu familia, tu trabajo, tus aficiones? Todos disponemos de ese algo que es verdaderamente importante para nosotros, nuestra verdadera esencia. El resto, es simplemente superficial. Pero hay que saber reconocerlo.
En ocasiones las personas no solo nos rodeamos de cosas artificiales, es posible que hasta nosotros mismos nos hayamos convertido, desgraciadamente, “en seres artificiales”. ¿Cómo evitarlo entonces?


PRACTICAR LA HUMILDAD



Hay quien dice que la humildad, sencillamente, consiste en callar nuestras virtudes y permitir a los demás descubrirlas por sí mismos. Es cierto, pero la dimensión de la humildad va mucho más allá.
Se trataría en primer lugar de una sencilla invitación a ver nuestras limitaciones y a saber reconocerlas. Para aprender, por ejemplo, primero hemos de asumir nuestro desconocimiento mediante el cual, asentar esos nuevos aprendizajes, esas nuevas experiencias. Si aceptamos nuestros propios límites tomaremos conciencia de todo aquello que nos queda por hacer o aprender. Quien cree que ya lo sabe todo no irá más allá, la soberbia engulle a la humildad y origina personas engreídas a la vez que resentidas.
Ser humilde no es ser débil o ingenuo, al contrario, nos aporta lucidez y una fuerza particular para ver las cosas en toda su realidad. Bien es cierto que en ocasiones puede ser complicado llegar a ver cuál es la verdadera esencia, el verdadero “humus” de nuestras vidas.
Estamos llenos de obligaciones, de presiones laborales, de proyectos que cumplir, de personas ante las que responder y no defraudar… En ocasiones nos sumergimos en una pequeña vorágine de dimensiones donde es complicado entrever lo que de verdad nos aporta la felicidad. Pero es aquí donde empieza la humildad: comprendiendo qué es importe por encima del resto de artificios.
Tu bienestar, tu familia y tú seréis siempre lo más importante. La humildad debe practicarse cada día, y el mejor modo de hacerlo es mediante unas sencillas preguntas ¿qué es lo que me hace verdaderamente feliz? ¿qué es lo que no desearía perder? ¿qué es lo que podría hacer para conseguir o mantener aquello que quiero?



LA HUMILDAD EN LAS PEQUEÑAS COSAS



Las personas humildes no se vanaglorian de sus éxitos. Practicar la humildad es un ejercicio diario que se mueve con la responsabilidad de hacer las cosas bien, de comprometerse, de hacer lo que toca y lo que es necesario.
Las cosas pequeñas son las que tejen los actos verdaderamente importantes, esos códigos sencillos que tanto nos aportan: una sonrisa, una palabra, un gesto de empatía… aspectos que se instalan en nuestra memoria y que nos aportan la verdadera felicidad.
Saber escuchar, saber entender los silencios, ser receptivos, cercanos, cómplices y sinceros, son características que definen a las personas humildes. Esas que tanta confianza nos aportan y donde deberemos buscar a los verdaderos amigos.
El valor de la humildad no requiere objetos materiales, las dimensiones “intangibles” son casi siempre las que nos aportan verdadero bienestar, verdadera  felicidad. Y es aquí donde reside la verdadera calidad de vida… en las cosas sencillas. En el “humus” de nuestra esencia, ahí donde logramos desprendernos de todo lo que es superficial.



¿Qué tal si lo ponemos en práctica?

""" Yo, soy mujer, tu eres mujer y juntas recorremos el camino de ser mujeres. """








Yo soy mujer, tu eres mujer y juntas recorremos el mismo camino en esto de ser mujeres. Esta realidad consciente, me permite llegar al respeto a mi misma como mujer, al respeto hacia otras mujeres y automáticamente el respeto hacia los hombres crece.
Esta forma de sentir es automática y lleva un orden: el respeto a mi misma, el respeto a las mujeres y el respeto a los hombres. Yo he nacido de un hombre y una mujer, a los que honro, con mi pensamiento, mi acción y mis palabras, también con lo que escribo.






TODO LO QUE PASA A UNA MUJER ME PASA A MI; ES AUTOMATICO






Si veo a una mujer que es acariciada por un hombre, pienso; eso es bueno para mi como mujer que soy, miro a la mujer con respeto y miro al hombre con respeto. Si veo a una mujer en su trabajo, pienso; eso es bueno para mi como mujer que soy.






Si veo a una mujer con sus hijos, pienso; eso es bueno para mi como mujer que soy. Si veo a una mujer que la están gritando; pienso eso me afecta a mi como mujer que soy. Miro a la mujer y la respeto, miro al hombre y lo respeto, pero no lo comparto, ni hago nada que implique el aceptar el comportamiento del hombre. Etc. etc. etc. etc.





Yo como mujer, en otra época de anestesia he inconsciencia de lo que implica y es ser mujer, me he reconocido pensando y verbalizando ciertas justificaciones, frases, preguntas y respuestas que eran producto del pensamiento que en esa época tenia acerca de que todo lo que no me pase a mi directamente “no me importa”, “no va conmigo”, es “a la otra a la que le esta pasando” “¿qué tengo que ver con eso?” “a mi






No me pasa”,” le esta pasando a otra” “yo no puedo hacer nada, no va conmigo” ¿qué puedo hacer yo, no es mi vida? “ que cada una se resuelva como pueda” “no tengo que meterme en la vida de otras mujeres” “lo que pasa a esa mujer no es asunto mío...” “si, si, a ella le pegaba, pero yo con el estoy bien, porque no tengo nada en contra” “si, si se que no se porto nada bien con esa mujer que conozco, pero ¿qué tengo yo que ver en eso? son cosas solo suyas” “este se que es un maltratador, pero yo solo bailo con el ¿qué tiene que ver? A mi no me afecta” “este se que es infiel en el matrimonio, conozco a la mujer, pero ¿a mi que mas me da? No es asunto mío...” “ah, mira yo aquí solo vengo a tomar algo y divertirme no me hables de mas” “yo vengo aquí a bailar, y lo demás me da igual, no es asunto mío...” “eso que lo arregle ella” “es asunto de ella” ¿qué puedo hacer yo? “yo no puedo hacer nada”……………. Bla ……blabla ………blablabla ………….blablablabla……..bla…..bla.






Somos las mujeres las únicas que podemos hacer algo por nosotras mismas, por las mujeres que recorren el camino de ser mujeres.






Nosotras podemos RESPETARNOS






Nosotras podemos RESPETAR
¿cómo nos respetamos? Actuando como mujeres, frente a las mujeres y frente a los hombres, con nuestras palabras y nuestros hechos. Actuando en consecuencia, sabiendo que nada que le ocurre a una mujer nos esa ajeno a las demás mujeres, nada …. Nada …..nada ….nada.






NADA DE LO QUE HACEMOS O DECIMOS ES INOCUO. Comportarse como mujer, frente a mujeres y hombres. Teniendo la consciencia de que todo lo que le ocurre a una mujer sea de nuestro entorno o no, es nuestro y nos vemos afectadas, para bien o para mal, esta es la realidad de la unicidad. Si le pasa algo a una mujer, me pasa a mi, a mi hija, a mi madre, a mi hermana, a mi amiga, a mi conocida, A TODAS.





Obrar en consciencia del hecho de ser mujeres, frente a las mujeres y a los hombres, ser consecuentes, comprometidas con las demás mujeres, respetuosas con las demás mujeres sean de nuestro entorno o no, CON






TODAS …sin excepción, nos da dignidad de mujer, orgullo de mujer, humildad de mujer, sencillez de mujer.





Con este sentir, todo cambia, se hace mas grande el respeto por mi misma, se hace mas grande el respeto por las otras mujeres, se hace mas grande el respeto DE






LOS HOMBRES HACIA NOSOTRAS COMO MUJERES.
Cuando los hombres se den cuenta de que las mujeres nos respetamos a nosotras mismas y que respetamos a las demás mujeres, los hombres no les quedara otro acto que el de respetarnos, no les quedara otro medio que el de respetarnos, no les quedara otro medio que EL RESPETO.





¡¡¡COMENCEMOS YA!!!!!!!!!!!. a vivir el respeto de los unos por los otros.

Para los hombres, a los que cada día respeto mas, Gracias a Dios, es igual, lo mismo, no hay diferencia, en lo profundo, en lo esencial todos formamos el TODO.

Las mujeres no somos iguales a los hombres, Gracias a Dios, a mi me encantan los hombres en general y algunos en particular como es lógico y normal. Se que son igual de importantes que nosotras, igual ¡¡¡¡¡pero las diferencias que tenemos, son geniales!!!!!!



Un abrazo desde el corazón





Carmen Gallego