Estamos casi seguros de que también tú, dispones de ese amigo/a que siempre anda preocupado por mil cosas. Te hablan de su vida en todo detalle, de sus ansiedades, miedos y deseos… pero jamás recuerda mirarte a la cara para saber cómo estás. Una conversación con él de media hora parece todo un día de arduos dilemas existenciales.
Es muy habitual encontrarse personas con estos rasgos de personalidad. Pero lo peor sin duda puede ser vivir con alguien que, día a día, te va arrancando la energía sin que te des cuenta. Dejándote en un segundo plano, limando poco a poco tu fortaleza e incluso tu personalidad. Ya no estamos hablando solo de personalidades tóxicas, sino de patrones de conducta que tienen la peculiar facultad de “robarnos la energía”.
RECONOCER A LOS LADRONES DE ENERGÍA
Es muy posible que en tu círculo personal tengas identificadas de algún modo a este tipo de personas. Pero siempre vale la pena conocer en qué tipo de categoría suelen entrar para saber así cómo defendernos de ellas en la medida que podamos.
1. La víctima: personas que nos hablan diariamente de sus tragedias. De sus problemas y preocupaciones. Son personalidades que tienen la gran habilidad de ver solo el lado oscuro de las cosas, y que a la vez, disfrutan mostrándose como víctima de cara a los demás. Amigas, amigos o incluso familiares a los que siempre les ocurre algo, que siempre les va mal en el trabajo y en lo personal –según ellos/as mismos/as-. Aunque vistos desde un plano objetivo, su vida no es muy diferente de la de cualquiera, con las mismas dificultades que podemos tener todos.
Y eso sí, suelen ser personas que casi nunca preguntan o se interesan por saber cómo estamos.
2. El intimidador: puede que alguna vez te hayas tenido que ver con este tipo de personas. Y la experiencia, sin duda, no fue nada agradable. Usan la ironía o el sarcasmo para herirnos. Usan una violencia implícita donde es habitual el desprecio, o incluso el autoritarismo. No solo nos arrebatan la energía, sino que nos humillan… A diferencia de las personas “victimistas”, el daño que nos pueden infligir los intimidadores es mucho más palpable y destructor.
3. El conflictivo: ¿Puedes reconocerlo? Sin duda. Son perfiles que siempre están a la defensiva, buscan siempre responsables a sus problemas y justificaciones a situaciones que él mismo suele provocar. Su simple presencia puede ocasionarnos problemas a nosotros mismos, ya que es habitual que siempre acaben provocando situaciones tensas y conflictivas donde no solo él sale afectado. No solo nos quitan la energía, sino que pueden involucrarnos en serias complicaciones.
4. El adulador: personas que siempre buscan alagar nos, que realzan nuestros dones y virtudes hasta la exasperación. Aparentan cercanía, cariño y complicidad… pero en realidad, hay que tener cuidado, ya que tras estos comportamientos solo se esconde la falsedad y el interés propio.Hay que ir con cuidado con este falso encanto, porque no es real, porque tarde o temprano… acabarán haciéndonos daño.
5. El inseguro: ¿Un vacío existencial en sus vidas? ¿Te hablan de proyectos que nunca inician? ¿De las cosas que van a hacer o que son capaces de hacer, pero que nunca cumplen? Todo es pura apariencia, porque en su interior, son personas tremenda mente inseguras. Lo complicado de todo esto es que incluso pueden culpabilizar a los demás de no poder cumplir sus proyectos, es un modo de auto protección, de no reconocer su incapacidad y su falta de decisión. Día y noche nos hablan de sus problemas, envolviéndonos en su sin vivir acusándonos incluso en alguna ocasión a nosotros mismos, por “no apoyarles” lo suficiente. ¿Te suenan?
6. El interrogador: ¿Cómo quedaste en tu cita de ayer? ¿Pero cómo que no te atreviste a decirle nada? ¿Cómo piensas vivir ahora sabiendo que no aprovechaste la oportunidad? ¿Te das cuenta de lo poco decidido/a que eres?… esta, y muchas otras preguntas, son las que suelen utilizar las personalidades no solo interrogadoras, sino también dominadoras. Son especialistas en buscar errores ajenos sin reconocer los propios, hábiles escudriñadores de nuestra vida sin ofrecernos ni respeto, ni espacio propio para poder respirar.
Estamos seguros de que has identificado ahora a muchas de esas personas, que diariamente, te van quitando la energía. ¿Qué tal si nos vamos alejando poco a poco de ellas?