Para los niños, un hogar debe ser fuente de apoyo, seguridad, amor y buen ejemplo. Por eso, no hay duda de que los padres sientan las bases de lo que sus hijos serán en el futuro.
Tener una familia es un derecho consagrado por las normas y va más allá de que los padres y sus hijos vivan bajo un mismo techo; significa compartir, dar y recibir afecto, escuchar, valorar, respetar, dialogar, involucrar y aceptar las semejanzas y diferencias de cada uno de los miembros.
“La vida en familia debe permitir que todos se sientan cómodos y tengan la sensación de hogar, calidez y bienestar”, dicen las Guías de Crianza del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) y la Sociedad Colombiana de Pediatría.
Los padres son los primeros responsables de formar a sus hijos para la sociedad desde una base afectiva muy sólida, explica por su parte Martha Patricia López, especialista en educación y orientación familiar. Para la experta, padre y madre deben comunicar alegría, comprensión y estabilidad frente a sus hijos quienes, desde el nacimiento, tienen derecho a ser tratados con amor, respeto y cuidado.
Ser acogido con afecto en el seno de un hogar es el primer punto de partida para favorecer el desarrollo de los pequeños. “El amor es clave y se les debe acompañar a los hijos en sus primeras sonrisas, pasos, caídas y animarlos a continuar intentándolo. Los padres deben ser su apoyo y seguridad”, afirma Luisa Fernanda Manosalva, sicóloga y máster en intervención sicosocial.
A medida que comiencen a crecer, se les debe corregir con cariño, reconocer sus aciertos, permitirles ser ellos mismos y dejarlos tomar sus decisiones, agrega la experta.
En la cartilla ‘Derecho a comprensión y amor por parte de los padres y la sociedad’, que hace parte de la colección Derechos de los niños, de la Alcaldía Mayor de Bogotá, las sicólogas Lilian Galvis Melo y Ana Milena Eslava precisan que aunque las relaciones familiares se tejen con protección y ternura, pueden convertirse en destructivas cuando, en nombre del amor, se cometen atropellos con los más frágiles, es decir, los niños: golpear y maltratar a los hijos para ‘enderezarlos’ o, incluso, parejas que, pese a los problemas, deciden seguir viviendo juntas por los infantes, haciéndoles sentir que son ellos quienes deben mantener unidos a papá y mamá: grave error. Cuando esto sucede, el amor se convierte en violencia.
¿Qué beneficios trae tener una familia?El seno de un hogar proporciona ternura y cariño, seguridad, igualdad y democracia. La familia apoya la formación de hábitos como la alimentación, el sueño, la higiene y la lectura, entre otros, y la creación de reglas dentro del hogar (para rutinas diarias y pautas de comportamiento); favorece el desarrollo de habilidades motrices y comunicativas; promueve el juego como medio para que el niño explore el mundo, madure física y emocionalmente y resuelva problemas y, algo muy importante: es la encargada de promover el respeto y el amor de los niños hacia sí mismos (aceptarlos como son) y hacia los demás.
“Compartir en familia produce cambios afectivos: ganas de vivir, motivación y habilidades para comunicarse”, indica la sicóloga Érika Martínez. El afecto, sostiene el sicólogo Miguel de Zubiría, se constituye en ‘fuente vital’ de la felicidad de los pequeños y las familias son las primeras en generarlo. Un hogar, agrega Martínez, es el primer espacio de estimulación. El contacto con papá y mamá es el paso inicial para favorecer el desarrollo afectivo del pequeño, que se alimenta de caricias, palabras dulces y refuerzo positivo.
Obligaciones de la familiaEl Código de la Infancia y la Adolescencia dice que a ésta le corresponde, entre otros deberes:• Proteger a los niños y adolescentes contra cualquier acto que amenace o vulnere su vida, dignidad e integridad personal.• Formarlos, orientarlos y estimularlos en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades, así como en el desarrollo de su autonomía.• Brindarles una nutrición y salud adecuadas.• Promover el ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos.• Registrarlos, afiliarlos al sistema de salud yasegurarles acceso a la educación.• Abstenerse de realizar cualquier conducta que implique maltrato físico, sexual o sicológico.
Tenga en cuenta
Papá y mamá• Los niños se alegran cuando ustedes los felicitan por sus esfuerzos y logros. No se fijen únicamente en sus equivocaciones.• Les gusta oírles decir que los quieren, aunque supongan que ya lo saben.• Les fascina que los besen y abracen porque así sienten su cariño.• Son felices cuando los miran con amor y sonríen con ellos.• Se sienten importantes si les dedican tiempo exclusivo.• Cuando les pegan o gritan los asustan y los niños sienten que no los aman. Ellos aprenden más si ustedes les enseñan con amor. Si cada vez que se enojan les pegan a sus hijos, ellos aprenden que las cosas se resuelven erróneamente a golpes.• Les hacen daño cuando los amenazan con dejar de quererlos.• La palmada no sirve para educar, se les debe explicar a los infantes en qué deben cambiar.• Antes de corregirlos, escúchenlos, tengan en cuenta su edad y lo que son capaces de hacer cuando les pidan algo.• Hagan acuerdos juntos sobre las normas y así les será más fácil cumplirlas.• Cuando se equivoquen con ellos, pídanles perdón.• Tengan en cuenta sus opiniones para que aprendan a tomar decisiones.• Cuando estén de mal genio, cálmense primero y luego hablen con los pequeños. • Si tienen problemas que los afecten, recuerden que los niños no tienen la culpa de ellos.
Por Andrea Linares
*** Ser acogido con afecto en el seno de un hogar es el primer punto de partida para favorecer el desarrollo de los pequeños. “El amor es clave y se les debe acompañar a los hijos en sus primeras sonrisas, pasos, caídas y animarlos a continuar intentándolo. Los padres deben ser su apoyo y seguridad”, afirma Luisa Fernanda Manosalva, sicóloga y máster en intervención Psicosocial. ***
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